Reflejar a través del hecho artístico la historia común de la humanidad, y crear un ambiente espiritual para pensar en el futuro, son algunos de los elementos que hacen de la exposición  de pintura y escultura Después del Camino  un espacio universal.

Sobre el semiento de nuestra raíz africana, preñados  de sus influencias   las obras de Alberto Lescay se fusionan con música de su hijo  Albertico  para crear un vehículo en cual las emociones fluyen impulsando a  la reflexión sobre quiénes somos y cómo seres.

La durabilidad del bronce, la complejidad de la filosofía detrás de las formas, los matices en  los lienzos, la invisibilidad del sonido, propiedades orgánicas de la cotidianidad que alimentan el discurso comprensible para todos. El arte hecha pintura, escultura, música y audiovisual confluye en un espacio único para llevarnos Después del Camino.